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Cartas a Dios -- Alegría

Carta a Dios – Gozo
(enero de 2002)

Dios,
¡Encuentro gozo cada día,
Alabado sea tu nombre,
Y le habla a otros de Tu amor y gracia!
El gozo del Señor es mi fortaleza (Nehemías 8:10)


Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. (Santiago 1:2-4)

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Carta de Dios – Perspectiva eterna
(julio de 2001)

Nancy,

Tu vida es como un vapor que aparece por un tiempo y luego se desvanece.

No te aferres a tus planes para mañana. Recuerda, tu tiempo está en mis manos y cada día es un regalo mío. Un día, vendré a llamarte para que estés conmigo, así que sácale provecho a hoy, manteniendo en mente la eternidad.

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Carta a Dios – Terminando la Carrera
(julio de 2001)

Señor,

Te doy gracias por darme tiempo para ser la matriarca espiritual de nuestra familia. A pesar que apenas me veo a mi misma como un ejemplo de vida cristiana, me alegra que otros puedan ver a Cristo en mí a través de la llenura del Espíritu Santo. He vivido para terminar mi carrera espiritual con gozo, y para completar tus deseos de traer a mis seres queridos a Ti.

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Carta a Dios – Sea Tu Voluntad
(febrero de 2002)

Amado Dios,

Tu eres un Padre amante y responsable. Nos das lo que es bueno para nosotros (una zanahoria en vez de un dulce). La oración es atrevida cuando realmente buscamos Tu voluntad – no se haga mi voluntad, sino la tuya.

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Carta a Dios – Muriendo al Ego
(marzo de 2002)

Amado Señor,

Mientras veo que el fin de mi vida se acerca, Tú tomas más espacio en mi vida. Sólo lamento no haberte dado más espacio en mi pasado. Pero Tú puedes volver cualquier cosa para Tu bien y veo que estás haciéndolo con los días que me darás. Gracias.

Tu hija, Nancy

No estimo preciosa mi vida para mi mismo, con tal que cabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor. (Hechos 20:24)

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Carta a Dios—Muerte
(abril de 2002)

Dios,

Ayúdame a terminar la carrera…

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“ROMPIENDO LA CINTA”

Era la tarde del domingo, 29 de abril, cuando me di cuenta que mi madre nos iba a dejar. A pesar que orábamos por un milagro y que recibimos lo que creímos que eran victorias diarias, mi madre sabía con paz que se iba a ir a casa con el Señor. Por su deseo, volteamos su cama hacia la ventana, para que pudiera disfrutar una hermosa puesta de sol en su amado océano. Preguntó acerca de los maravillosos pájaros volando cerca del horizonte. Por el gesto en nuestras caras, ella se dio cuenta rápidamente que eran imágenes sagradas para su disfrute personal. En ese momento, el símbolo espiritual de la paloma se convirtió en el tema del resto de su vida.

A la mañana siguiente, el lunes, 30 de abril, los amigos de la iglesia de mi madre comenzaron a llegar durante el día. En mi “vida anterior”, habría considerado a estas mujeres un tanto extrañas (“el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, pues son locura para él”), pero ahora entiendo, atesoro y amo a cada una de ellas. Observé mientras oraban, cantaban y se tomaban de las manos – vi un derramamiento espiritual como nunca antes.

En esa misma mañana, buscamos a la hermana de mi madre, Judy, quién enseña en la escuela superior en el pequeño pueblo de Burns en el centro de Oregon. Mi madre realmente deseaba verla, y había urgencia en la voz débil de mi madre. Cuando le dijimos que a Judy le tomaría por lo menos 10 horas llegar hasta acá, una de las últimas cosas que mi madre dijo fue, “Yo espero hasta entonces.”

Judy manejó cuatro horas a Boise, tomó un avión a Salt Lake City, y luego hizo el último vuelo al condado de Orange cerca de las 10:30 PM. El esposo de mi madre, Bob, y yo nos quedamos en el hospital animando a mamá mientras veíamos los niveles de oxígeno y el pulso disminuir. Bob y yo estábamos cantando y alentando a mi madre a llegar a la “recta final”. Un par de amigas de mi mamá recogieron a Judy en el aeropuerto y llegaron al hospital cerca de las 11:15 PM. Judy pasó 15 a 20 minutos a solas con ella – fue una escena maravillosa.

Un grupo nos reunimos en el cuarto de mi madre y adoramos juntos. Lloramos, oramos, cantamos canciones de gozo. Cerca de las 12:30 AM, una de las amigas de mi madre me susurró, “Ya está bien, todo está bien, tu mamá está lista para dejar ir su espíritu, pero necesita oírlo de ti.” Fui a la cabecera de la cama de mi madre, tomé su mano y me acerqué. Tuve la oportunidad de decirle todo lo que un hijo desea decir a su madre – todo “Te amo” final, todo “gracias” final. Entonces le susurré suavemente, “Todo aquí está hecho. Está bien que dejes que tu espíritu se vaya ahora.”

En segundos, pacíficamente empezó a disminuir su respiración – 5 segundos entre suspiros, 10 segundos entre suspiros, 20 segundos, 30 segundos… Y entonces, con una sonrisa en su rostro, se dejó ir y entró a los amantes brazos de Jesús. Él fue tan misericordioso, fue tan fiel – no hubo dolor, sólo paz. Estábamos tristes, pero al mismo tiempo nos alegramos de que mi madre entrara a la eternidad con nuestro Señor. Justo en el momento en el que el espíritu de mi madre partió, casi podíamos escuchar a Jesús decir, “Bien hecho sierva buena y fiel.”

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Que preciosos y gloriosos recuerdos para todos nosotros. No podías haber estado en ese cuarto de hospital y salir no siendo creyente…

… Un creyente en la presencia, poder, amor y gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

¡Siga leyendo!



¿Tú qué piensas?
Todos hemos pecado y merecemos el juicio de Dios. Dios, el Padre, envió a Su único Hijo para cumplir ese juicio por aquellos que creen en él. Jesús, el creador y eterno Hijo de Dios, quien vivió una vida sin pecado, nos ama tanto que murió por nuestros pecados, tomando el castigo que merecíamos, fue sepultado, y levantó de la muerte como lo dice la Biblia. Si de verdad crees y confías de corazón en esto, recibe a Jesús como tu Salvador, declarando: "Jesús es Señor," serás salvado del juicio y podrás pasar la eternidad con Dios en el cielo.

¿Cuál es su respuesta?

Sí, hoy he decidido seguir a Jesús

Ya soy seguidor de Jesus

Todavia tengo preguntas





¿Cómo puedo conocer a Dios?




Si murieras hoy, ¿iría usted al cielo?


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