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Cartas a Dios - Temor

“NO DESMAYES”


Luego de dos matrimonios fracasados, llegué a un punto bajo en mi vida. En el transcurso de un mes desde que mi segundo esposo se fuera, nuestra casa fue vendida y mi único y amado hijo, Randy, se mudó al otro lado del país para asistir a la Universidad de Georgetown. Como maestra, fui transferida a una nueva escuela y a otro nivel y no conocía a nadie, me mudé a un apartamento que no permitía mascotas, y le di mi sedoso terrier a mi madre. El número de mi nuevo apartamento era 9-1-1 y yo necesitaba toda la ayuda que pudiese obtener. Mi apartamento en el primer nivel estaba entre muchos árboles y parecía una cueva a la que yo me retiraba al final de cada día. Le oré a Dios para que me mostrara su voluntad y me enseñará a obedecer. Pasé horas escribiéndole cartas a Dios en mi diario y, a veces, escribiendo sus respuestas que me revelaba mientras meditaba.

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Carta a Dios –Paz y Guía (abril de 1984)


Querido Padre Celestial:

Necesito tu paz y solaz en esta situación difícil. Me siento tan insignificante e inefectiva, sin embargo siento una sabiduría, una paciencia y una falta de orgullo propio, que deben venir de ti, ya que no los puedo reclamar como míos. Desearía poder ver tu plan para nuestras vidas. Todo se ve tan falto de esperanza en estos momentos. Por favor guíame. ¿Qué necesito hacer?

Tú y tu mundo son tan grandes, y yo soy tan pequeña – quién soy yo para importarte, pero te importo. Siento que tienes cuidado de mí, y estoy tan agradecida. Sé que tienes un plan maravilloso para mi vida. Por favor ábrela un día a la vez y un paso a la vez – y no permitas que me entrometa.

Gracias por tu palabra hoy acerca del Rey Salomón pidiendo sabiduría. Ayúdame a ver como debo pedir para mejorar durante esta crisis y no caer víctima del mundo y mis deseos mundanos. Está con Randy y ayúdame a explicarle estas cosas a él. Mantenlo en tus caminos. Dame sabiduría para continuar guiándolo en tus caminos. Gracias por tu mano sobre él hasta el momento. Gracias por permitirme tenerlo por algún tiempo.

Con amor, Nancy.

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Carta de Dios – No temas (abril de 1984)

Querida Nancy,

Espera en mí y en mi tiempo.

Está muy bien tu deseo de mejorarte a ti misma.

No temas estar sola. Yo estaré contigo.

¡Yo te amo!!

No temas pues yo estoy contigo. No desmayes; pues yo soy tu Dios. Yo te fortaleceré; Yo te ayudaré; Yo te sostendré con mi diestra de justicia. (Lea Isaías 41)

Yo te he refinado, pero no con plata; te he escogido del horno de tu aflicción. Yo soy el Señor tu Dios, quién te enseña para provecho, quien te guía por el camino que debes seguir. (Lea Isaías 48)

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Carta a Dios – Nuevo Comienzo (agosto de 1984)



Querido Dios, este es el comienzo de la segunda mitad de mi vida – el comienzo de una nueva vida. Por favor, está conmigo y guíame. Ayúdame a aprender del pasado. Dame la sabiduría de la cual he carecido, amor por los demás (sin preocuparme por mi misma), optimismo y entusiasmo por el futuro y cercanía a ti.

Gracias por todo lo que me has dado – familia y amigos que me aman, un hermoso hijo, un buen trabajo, el suficiente dinero, lasalud, la belleza, la suficiente inteligencia, una personalidad agradable, y mi fe en ti.

Me gusta pensar que soy un mármol limpio que puedo dedicar para que uses como desees, pero en realidad, yo soy yo – el total de mis experiencias pasadas y una persona especial creada por ti. Así que vas a tener que encontrarte conmigo donde yo estoy, y usarme como soy, porque esta soy YO y me imagino que sabías lo que hacías cuando me creaste.

Necesito un hogar donde pueda ser feliz y en el cual pueda crecer este año. Necesito una iglesia en la que pueda crecer, orar, estudiar tu palabra, tener un grupo de apoyo, algo de vida social, y encontrar alegría y entendimiento. Necesito amigos. Necesito estabilizarme económicamente. Necesito organizar mi vida y crecer espiritualmente y con mis relaciones.

Gracias por estar aquí. Está con todos los que amo. Gracias por amarme tanto que puedo amarme a mi misma – a otros – y a ti.

Nancy

Carta a Dios – Confianza (enero de 1985)


Hola Dios,

Hace tiempo que no te he escrito una nota. Gracias por estar aquí cuando te llamo y por no estar ocupado para escucharme. ¿Cómo lo haces? ¿Cómo puedo aprender a hacerlo?

Te alabo por tu amoroso cuidado. Gracias por protegernos a Randy y a mí. Por favor continúa haciéndolo. Guíame en tus caminos. Dame discernimiento para saber lo que es tu camino y lo que no es.

Por favor mantenme en tus pasos. Te amo y necesito tu amor.

Te necesito en mi vida. Yo daño las cosas con mi propio entendimiento. Gracias por preocuparte y proveer. Gracias por los amigos.

Fue maravilloso tener a mi familia durante las festividades. Tengo una mejor idea de quién soy, a pesar que también se intensifica el sentimiento de soledad ahora que se han ido. Gracias Señor por la alegría y la esperanza en el futuro. Ayúdame a ser paciente y a confiar en tu tiempo.

Te amo, Nancy

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Carta de Dios – Paciencia (enero de 1985)

Nancy, se paciente. Tengo un plan maravilloso para ti, pero hay mucho que hacer para prepararte, y muchas sanidades tienen que ocurrir. Te amo mucho.

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Carta de Dios – Escucha (febrero de 1985)

Nancy, te amo. Derramé mi propia sangre por ti para limpiarte. Eres nueva, así que cree que es cierto. Eres hermosa a mis ojos, y te he creado para que seas tal como eres. No te critiques a ti misma ni te menosprecies por no ser perfecta a tus propios ojos. Esto sólo trae frustración. Quiero que confíes en mi, Nancy, y que vivas un día a la vez. Descansa en mi poder y amor y se libre. Se tu misma. No permitas que otros decidan por ti.

Te guiaré si me lo permites. Busca mi presencia en todas las cosas. Te he dado paciencia, amor, alegría y paz. Búscame para las respuestas. Soy tu Pastor y te guiaré. Sígueme sólo a mí. Nunca olvides esto. Escucha y te diré cual es mi voluntad. Te amo, Nancy. ¡Te amo! Deja que fluya de ti, derramándose en todo lo que tocas.

No te preocupes por ti misma; tú eres mi responsabilidad. Te cambiaré sin que te des cuenta. Debes amarte a ti misma y a otros simplemente porque Yo te amo. Quita tus ojos de ti; mírame y búscame sólo a mí. Yo guío, Yo cambio, Yo hago, pero no cuando tú estás tratando; no voy a luchar contra tus esfuerzos.

Tú eres mía, Nancy. Permíteme tener la alegría de hacerte como yo. Déjame darte alegría, paz y cariño. Nadie más puede hacerlo. Tú no te perteneces. Tú has sido comprada con sangre y ahora me perteneces a mí. Lo único que demando es que me mires a mí y sólo a mí, nunca a los demás. No te preocupes. Relájate en mi amor. Deja de intentar. Déjame hacerte lo que yo quiero. Mi voluntad es perfecta, mi amor es suficiente. Mírame a mí.

Te amo Nancy.

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Carta de Dios – Obediencia (febrero de 1987)

Amada Mía,

Te suplico como peregrino que te abstengas de los deseos lujuriosos que hacen guerra contra el alma. Si deseas hacer cosas por el Reino, comienza por obedecerme en las cosas pequeñas. Te amo.

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Carta a Dios – Fortaleza (octubre de 1988)

Amado Señor,

¡Gracias por tu Fortaleza y ánimo!

¡Le digo “sí” al futuro!

Estoy cansada de sentir estrés por cosas sobre las cuales no tengo control.

Puedo tomar decisiones positivas acerca de cómo vivir cada día.

Puedo buscarte a Ti y a otros cristianos para guía y entendimiento.

Puedo planificar para el futuro y así siempre tener cosas buenas que esperar.

Puedo amarme a mí misma y tener buen cuidado de mí, mientras amo a otros al mismo tiempo.

No me dejaré arrastrar emocionalmente por la depresión de otros.

Haré tiempo para fortalecerme en Ti para poder alcanzar a otros.

Encararé el futuro con esperanza.

A todo lo que debe ser - ¡Sí!

Gracias Señor por todas tus bendiciones.

Ayúdame a ser lo mejor que pueda ser.

Con amor, Nancy.

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Carta de Dios – Recordatorios (octubre de 1988)

Nancy,

Busca sabiduría.

Guarda los mandamientos.

Ten piedad de los pobres y ayúdales.

Busca el consejo de otros cristianos.

Teme al Señor.

Deja de escuchar el conocimiento del mundo.


Nancy,

Lee la Biblia diariamente.

Ora de rodillas diariamente.

Levántate a tiempo.

Toma agua, no alcohol.

Come frutas, vegetales y granos.

Ejercítate.

Alcanza a otros

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Carta a Dios – Dirección (20 de febrero de 1990.)


En la víspera de mi cumpleaños número 49…

Dios,

Sólo tú puedes contar el número de mis días, pero siento que me quedan 15 años de vida productiva. Dame una visión para esos años. Úsame para tu gloria. He leído tu palabra este año y me condeno por mi falta de obediencia y mi pérdida de tiempo y energía. Quita mis incertidumbres y temores. Dame una dirección positiva. Ayúdame a ser positiva con otros. Ayúdame a estar satisfecha donde me has puesto, y usa mi falta de satisfacción para ayudarme a crecer y convertirme en la persona que tú quieres que sea.

Eres tan amable conmigo. Tú conoces mi interior, mis pensamientos, y mis luchas. Tú me amas y tienes un plan excelente para mí. Dame tu paz. Ayúdame a andar en tus caminos. Yo no puedo sola.

Lléname con tu amor.

Amén, Nancy.

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Carta a Dios – Cansada (julio de 1993)


Amado Dios,

Estoy cansada de enfermedades, depresión y cosas viejas. Deseo ligereza, esperanza, salud y futuro. Ayúdame a rejuvenecerme y a pasar mi energía a los que están a mi alrededor.

Con amor, Nancy

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Carta de Dios – Bienestar (julio de 1993)


Dulce Nancy,

Ve por tu camino, ¡tu fe te ha sanado!

Escribe…

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Carta a Dios – Llamado (Julio de 1993)

Amado Señor,

Gracias por tu llamado a que escriba acerca de mi vida.

Gracias por la vida que me has dado.

Tu hija,

Nancy

Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, Por que tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día (Salmo 25:4-5)

Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. (Salmo 18:2)

En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan. (Salmo 18:30)

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¿Tú qué piensas?
Todos hemos pecado y merecemos el juicio de Dios. Dios, el Padre, envió a Su único Hijo para cumplir ese juicio por aquellos que creen en él. Jesús, el creador y eterno Hijo de Dios, quien vivió una vida sin pecado, nos ama tanto que murió por nuestros pecados, tomando el castigo que merecíamos, fue sepultado, y levantó de la muerte como lo dice la Biblia. Si de verdad crees y confías de corazón en esto, recibe a Jesús como tu Salvador, declarando: "Jesús es Señor," serás salvado del juicio y podrás pasar la eternidad con Dios en el cielo.

¿Cuál es su respuesta?

Sí, hoy he decidido seguir a Jesús

Ya soy seguidor de Jesus

Todavia tengo preguntas





¿Cómo puedo conocer a Dios?




Si murieras hoy, ¿iría usted al cielo?


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